Así de loca como es ella, la quiero.
La quiero así de auténtica, pero como lo es conmigo.

Bailando por ti, un vals con el diablo. Cariño, abrazame hasta que llegue el aplauso.
Perdida en mi desorden, siempre me encuentras, cargando el peso de mis propios poemas. Una frase se enlaza con la otra, como tus dedos con los míos. Me encantas, te admiro, me exitas, te amo.
Esos ojos que aunque los mire no veo lo mismo ¿será que no me ven a mí?
Mi chica revolucionaria, que mientras yo me anticipo al silencio, inventa el ruido. Renunciaría a todo mi desastre por un pedacito de tu cielo.
Me di cuenta que estaba perdida, cuando tu risa era lo único que estaba en mi mente día a día. Me desarma tu forma de hablarme, tu necesidad de que el contacto físico sea mediante el visual.
Pero la vida es aquello que pasa mientras uno va haciendo otros planes, y temo, querida mía, que en realidad seas una amarga tormenta. Pero lo que mas me asusta, es saberlo y aun así quedarme, porque, provocadora de mi limerencia, es más fácil engañarme que convencerme de que me has engañado.
En tus ojos veo el deseo de salvarme, pero ¿siguen siendo los mismos ojos grises de ayer o la dueña es otra?

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Gracias por leerme.