Tierno cuerpo sin vida (Miranda Boscato)
Ella era un simple y tierno desastre. Un pequeño cuerpo que necesitaba ser abrazado y cuidado. Necesitaba que con cariño curen las heridas de sus brazos (y las del alma).
Necesitaba alguien que la cuide, que la proteja, que evite que sus demonios la conviertan en polvo.
Pero nadie estuvo.
Nadie.
Nadie.
Nadie.
Y ella sola se ahogó en sus propias mentiras de mármol, en su propia agonía, en sus propias venas.
Y ella solo esperó, sentada en un rincón, cortando espinas de una rosa, ya marchita.
Pobre cuerpo sin vida que yace en un simple poema. Pobres manos adoloridas de tanto escribir a su amada. Pobres ojos cansados de dilatarse y enrojecerse. Pobres pulmones, llenos de veneno y humo.
Pobre y triste niña, que no fue acogida y ya no podrá serlo.
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Gracias por leerme.