Quedate cariño.
Quedate entre las notas de mi cuaderno, entre mis pestañas y mis deseos.
Porque cariño, tus manos y las mías hablan el mismo idioma.
Quedate cariño.
Quedate entre susurros y promesas, entre dolores y recompensas.
Quedate aunque te sientas perdida, yo puedo encontrarte.
Quedate aunque tengas miedo, yo puedo cuidarte.
Amada mía, aquí estoy. ¿Acaso no ves que mis ojos siempre te buscan? ¿Acaso no ves el temor que me consume cuando te pienso sola?
Eres tal como la luna, radiante y mas bella que ninguna, pero siempre me ves de lejos.
Cuidame, dulce serendipia, y hazme saber que mi sangre vale la pena, que esto vale la pena.
Acariciame y dejame ser (tuya). Dejemos de caer en mentiras que no nos competen. Ni la mayor oscuridad de mis ojos ciegos pueden ocultarte.
Alejate de mí un poco, porque tocar tu cuerpo es una verdadera catábasis, aunque yo sola sé lo lejos que esta el infierno de nosotras, pero aprendí a acortar las veredas.
Sigueme, pero de lejos, que cuando tus manos juegan a encontrar mi espalda, me quemo.

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Gracias por leer.