Sí, tengo miedo, pero eres lo único a lo que amo temerle.

Quiero tener tu alma encima de la mía. Perdernos entre nuestras respiraciones agitadas, y dormir entre nuestras pestañas. Quiero recostarme en tu pecho y sentir que todo está bien, que todo está bien. Quiero dejar de ver la fragilidad del amor, dejar de verte como una combustión incontrolable. Estaré contigo cuando deje de contar la cantidad de palabras que uso en cada mensaje, como si alguna de más pudiera espantarte. Porque temo hablar demasiado, abrir mi pecho para que toques mis heridas y recuerdos. Quiero dejar de ver al amor como un acto dramático destinado al fracaso, surgiendo solo para morir en el intento, pero ¿y si quiero morir en ese intento?

Hoy quiero dejar de exhalar bajito para que no escuches la cantidad de “te quiero” que esconden mis suspiros. Me pusiste tímido el corazón y ahora lo tengo encerrado en tus manos mirando hacia todos lados con miedo de que lo sueltes. Él me dice que te quiere amar con libertad, sin miedo de cuidarte. Ando con el corazón exagerado y asfixiado buscando al tuyo, para no romperlo jamás.

Cuando entienda que no hay nada de lo que podría arrepentirme más que de no darte todo el amor que te guardo en mi corazón, solo ahí, solo ahora, en este momento…

…te empezaré a vivir como merezco.

Gracias por leerme, este fue un texto más corto de lo habitual, pero con mucho sentimiento. Espero les guste.