El nombre del pecado (Miranda Boscato)
Los angeles lo llamaron pecado, el diablo placer, y yo le puse tu nombre.
Vi tus ojos cerrados, pestañas entrelazadas, mientras reposada en la silla, tocabas una canción en tu vieja guitarra. Cada nota, cada cuerda.
Vi tus manos un tanto ásperas, como papel de pergamino, que tomaban las mías.
El cielo, con sus estrellas, lluvias, atardeceres y amaneceres, es un vicio, al igual que tú.
Rompeme, y quedate tranquila amor, yo enmarcaré mi dolor para que lo tomen en serio.
Dicen que quien todavía no te conoce nunca conoció la felicidad plena. Pero, cariño, eres portadora del amor, pero tambien de la destrucción, de la disrupción.
Temor le tengo a la oscuridad, a tu oscuridad. Si tus demonios prenden una vela por mi, volveré.
Temor le tengo a perderme en tus brazos, arruinada y abatida de tan deslumbrada que estoy, pero amor mio, no me dejes caer.
Pero a lo que más le tengo temor es a ver tu rostro en el de ella, a oir tu voz en la suya y a perder su mano junto con la tuya.
Dejo la puerta abierta por si quieres entrar, pero si lo haces, cierrala, que a nadie más necesito cuidar.