A mi estrellita le dedico esta luna, le dedico este sol, y esta pobre y triste canción. Tengo sueños con la forma de tu rostro, y pesadillas con la idea de perderte. Ahí, cuando te veo, es donde dejo ir mis remolinos de amor mezclados con angustia, el momento en que dejo de temblar. Quiero ser tu calma entre la tormenta, aun así, si me parezco más a un huracán que a un día soleado. Temo amarte de más, que te des cuenta y te vayas, que solo veas en mi un cúmulo de necesidad de amor. Le tengo terror a ocupar un lugar demasiado grande, quebrar tu piel en un intento de que me quieras. Ya no quiero escribirte con la angustia de mantenerte solo en el papel y que no permanezcas en mis brazos, entre mis dedos.

No quiero amarte como quien tiene prisa. Quiero disfrutar cada pliegue, cada curva y cada trozo de tu piel. Quiero hacerte el amor donde antes nos tomábamos una pausa de la guerra, desarmarme donde solía hacerme la fuerte y animarme a que me veas tal como soy. Me da alergia la palabra “adiós”, solo se pronunciar gemidos parecidos a tu nombre. Quiero respirar en todos los besos que contuve y llevarte conmigo a donde nadie más nos pueda ver. Donde nos podamos perder.